Durante años soñé con cantar en un coro. Sin embargo, pensaba que mi voz no era lo suficientemente buena. Como el sueño no se hizo realidad, tuve que hacer algo en algún momento. Le debo a la enseñanza tan humana y ejemplar de Pedro de Castro el haber encontrado el placer en mi propia voz relativamente rápido y sin complicaciones, el utilizarla con fruición y el que viejos conocidos siempre se asombren de ella.
Gerd Haehnel - Profesor, www.schule-musik.de



















